He Lifeng, quien ocupa el cargo de viceprimer ministro de China, se ha destacado como un actor importante en las conversaciones comerciales entre su nación y Estados Unidos. A la edad de 70 años, ha recorrido un largo camino desde su infancia en una zona rural hasta convertirse en el líder de la política económica del coloso asiático en una de las contiendas comerciales más significativas de la actualidad.
En su juventud, He fue enviado a laborar en una granja en la provincia de Fujian, como parte de los programas de reeducación rural implementados durante la Revolución Cultural. Más tarde, trabajó en una planta hidroeléctrica antes de mudarse a la ciudad costera de Xiamen, donde obtuvo un doctorado en Economía y emprendió su carrera política al ingresar al Partido Comunista Chino (PCCh).
Durante su juventud, He fue enviado a trabajar en una granja en la provincia de Fujian como parte de los programas de reeducación rural instaurados en la Revolución Cultural. Posteriormente, trabajó en una central hidroeléctrica antes de trasladarse a la ciudad portuaria de Xiamen, donde se doctoró en Economía y comenzó su ascenso en la política al unirse al Partido Comunista Chino (PCCh).
En 2021, He asumió el puesto de viceprimer ministro, tomando la responsabilidad de guiar la política económica y financiera de la nación. Su liderazgo se ha tornado aún más esencial con el aumento de las tensiones comerciales con Estados Unidos. Como líder de la Comisión Central de Finanzas y Asuntos Económicos, es responsable de administrar las políticas económicas y supervisar el sector financiero de China.
Ahora, enfrenta un nuevo desafío: las negociaciones comerciales con el gobierno de Estados Unidos. Con la reciente implementación de un 10% de aranceles a los productos chinos por parte de Estados Unidos, He ha asumido el papel de Liu He, quien fue el principal negociador durante la primera guerra comercial entre las dos potencias. A diferencia de su antecesor, He no maneja el inglés, lo que añade un reto extra en las discusiones directas con los representantes estadounidenses.
Durante la primera guerra comercial, el gobierno estadounidense impuso aranceles sobre productos chinos valorados en cerca de 550,000 millones de dólares, a lo que China replicó con impuestos sobre productos estadounidenses por un total de 185,000 millones de dólares. Con la reciente reanudación de esta disputa, China ha anunciado medidas de represalia, imponiendo aranceles del 10% al 15% a productos clave de Estados Unidos, tales como gas licuado y petróleo. Además, el gobierno chino ha puesto restricciones a la importación de minerales estratégicos e iniciado una investigación antimonopolio contra una destacada empresa tecnológica estadounidense.
Durante la primera guerra comercial, la administración estadounidense impuso aranceles sobre productos chinos valorados en aproximadamente 550.000 millones de dólares, a lo que China respondió con gravámenes por 185.000 millones de dólares sobre productos estadounidenses. Con el reciente reinicio de esta disputa, China ha anunciado medidas en represalia, aplicando aranceles de entre el 10% y el 15% a productos clave provenientes de Estados Unidos, incluyendo gas licuado y petróleo. Además, el gobierno chino ha impuesto restricciones a la importación de minerales estratégicos y ha iniciado una investigación antimonopolio contra una destacada empresa tecnológica estadounidense.
Desde la Casa Blanca, la administración estadounidense ha minimizado la importancia de las represalias chinas, aunque ha reafirmado su postura en la disputa comercial, justificando las medidas con base en el déficit comercial con China, el cual alcanzó los 270.000 millones de dólares en 2024.
He Lifeng, además de su rol en el gobierno, es un estrecho aliado del presidente chino. Su relación con el líder del país se remonta a hace más de cuatro décadas, cuando ambos coincidieron en Xiamen. Esta cercanía le otorga una posición de poder y confianza dentro del partido, lo que refuerza su papel en las actuales negociaciones comerciales.
Tras la reciente victoria electoral en Estados Unidos y las amenazas previas de imponer aranceles de hasta un 60% sobre productos chinos, He ha comenzado a preparar la estrategia económica de su país para afrontar una posible escalada de la guerra comercial. En los últimos meses, ha mantenido reuniones con líderes financieros internacionales y ha expresado la disposición de China a reducir ciertas barreras comerciales con Europa para fomentar la inversión extranjera y fortalecer su posición en el comercio global.