La maquinaria de la venganza militar en Israel se ha puesto en marcha en dirección a Gaza. Después de arrasar con oleadas de bombardeos aéreos la periferia de la franja palestina, el ejército ha golpeado en la madrugada de este jueves las bases de la fuerza Nujba, la unidad militar de élite de Hamás que en el pasado encabezó el ataque que se cobró la vida de más de 1.200 israelíes y concluyó con el secuestró de más de un centenar de ellos.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, prometió pocas horas después que iba a acabar con Hamás, movimiento de resistencia islámico al que equiparó con los yihadistas del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) “Tal como el ISIS fue aplastado, será aplastado Hamás, que deberá ser tratado exactamente del mismo modo”, advirtió durante la visita a Jerusalén del secretario de Estado Antony Blinken.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos garantizó que su país no dejará solo a Israel, pero también pidió ante Netanyahu que se evite el daño a la población civil en una campaña militar de represalia que se presenta como una de las más contundentes en los 75 años de historia del Estado judío. Durante su visita, Blinken ha comunicado que al menos 25 estadounidenses han muerto en Israel desde la ofensiva iniciada por Hamás.
El ejército de Israel afirmó que el centro de mando de la unidad Nujba atacado estaba integrado “por terroristas seleccionados por altos funcionarios de Hamás” y su misión es llevar a cabo operaciones tales como emboscadas, redadas y operaciones de sabotaje, entre otras. Las Fuerzas Armadas aseguraron también que habían matado a Mohamed Abu Shamla, un alto mando de la división naval de Hamás.
Israel ha sellado la franja de Gaza con un cerco completo, excepto en la frontera del sur con Egipto, único punto por el que está entrando ayuda humanitaria al enclave costero, donde 2,3 millones de personas se hacinan en un territorio ligeramente superior a Malta en superficie. El ministro israelí de Energía, Israel Katz, ha advertido a Hamás que mantendrá a Gaza sin luz, combustible y suministro de agua y comida hasta que libere a los rehenes. “¿Ayuda humanitaria a Gaza? No se encenderá ningún interruptor eléctrico, no se abrirá ninguna boca de agua y no entrará ningún camión de combustible hasta que los secuestrados israelíes regresen a casa”, ha tuiteado Katz.
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El balance de víctimas se ha equiparado este jueves por primera vez desde el inicio de la escalada bélica. El número de muertos desde el pasado sábado asciende a unos 1.300 en cada bando (posteriormente, el Ministerio de Sanidad palestino los elevó a más de 1.400), mientras que en Israel los heridos superan los 3.200 y en la Franja alcanzan los 6.000.
Desde Cisjordania, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, ha condenado la violencia contra civiles tanto por los ataques de Hamás contra Israel como por el bombardeo posterior de Gaza por parte del ejército israelí. “Rechazamos los asesinatos o abusos contra civiles en ambos bandos porque vulneran la moral, la religión y el Derecho Internacional”, ha declarado Abbas a la agencia de noticias oficial palestina Wafa.
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